Corregir por tu cuenta es toda una aventura. «He puesto el punto final. Todo lo que te queda por delante está chupado», pensé allá por Octubre del 2018. «Ay, ingenua de mí». Investigué sobre el siguiente paso después de haber escrito un libro y, como no podía ser de otra manera, lo que me tocaba en ese momento era: corregir. Siempre tuve claro que quería contar con profesionales y gente con experiencia para todo el proceso de corrección, maquetación, portada y demás pero claro, antes de mandar el manuscrito a la correctora tenía que darle un repaso. Bueno, quien dice un repaso, dice seis.

Lanzándome al mundo de la corrección

Para corregir por tu cuenta te recomiendo empezar por cosas sencillas como colocar de forma adecuada los guiones en los diálogos (todo un mundo inexplorado para mí hasta ese momento). Parece fácil pero no lo es. Si estás inmerso en ese proceso te recomiendo este post.

A continuación me centré en el contenido y saqué las tijeras sin piedad. Soy muy obediente y apliqué el consejo que había leído tantas veces: si algo no hace avanzar la trama, elimínalo.

– La mala hierba no hará crecer los brotes verdes.

– Amén, hermano.

Así fue cómo me cargué unas cuarenta hojas de mi manuscrito ,pero ¿Y lo a gusto que me quedé? Desde hace tiempo estoy aplicando el minimalismo en distintos ámbitos de mi vida así que esta eliminación de contenido me lo tomé así: me quedo con lo esencial, con lo verdaderamente importante y dejo ir lo que no aportaba valor a la novela.

Con los guiones en su sitio y el recorte que le había metido empecé a centrarme en cómo había utilizado el lenguaje: los adverbios, los gerundios de posteridad, los conectores…Te recomiendo que tomes apuntes cuando te sumerjas en el contenido de este blog que tanto me  ayudó en ese sentido. Me hizo darme cuenta de mis fallos y me enseñó a mejorarlos.

Después pasé a los diálogos, de vital importancia, ya que te ayudan a conectar más y mejor con el personaje con su estado de ánimo y con sus motivaciones. Fue algo que trabajé mucho y este libro me ayudó con todo el proceso.

Buscando los fallos

Perdí la cuenta de las veces que me leí la novela. Después de cinco meses en los que mis ojos y mis escasos conocimientos eran los únicos que habían corregido el texto sentí que era el momento de pedir ayuda y escribí a varios correctores profesionales, mi experiencia te la cuento en el próximo post.

En resumen, te recomiendo que empieces por cosas sencillas, que no te apegues a tu texto, si hay contenido que no hace avanzar la trama te harás un favor a ti y a tus lectores si lo eliminas y, por último, pide ayuda, aunque hayas conseguido que tu manuscrito no dé vergüenza ajena es el momento de ponerlo en las manos de una profesional.

Y, tú ¿En qué te fijas cuando estás en el proceso de corregir por tu cuenta?¿te gusta contar con profesionales o prefieres hacerlo por tu cuenta?Cuéntame, estaré encantada de leerte.

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Muchas gracias 🙂

Inés Lago Calero

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