El síndrome del impostor es la incapacidad de interiorizar tus logros y sufrir un miedo persistente de ser descubierto como un fraude.
Cuando terminé la carrera y comencé a trabajar como terapeuta ocupacional me golpeó de lleno el síndrome del impostor. En ese momento lo palié buscando formación y, poco a poco, con los nuevos conocimientos, la práctica y el aumento de la confianza en mí misma se fue desvaneciendo. Pero, cuando escribí mi primera novela ,el síndrome del impostor reapareció con fuerza.

Holiiii, he vuelto 🙂
Dar el paso de contarle a mi gente que había escrito un libro fue muy difícil para mí. Tuve que hacer un viaje de crecimiento personal donde fui consciente de mis bloqueos y de las limitaciones que yo misma me ponía. Acudí a varias sesiones de arteterapia (modo hierbas on) en grupo y aún recuerdo la dinámica en la que me sentí liberada.

Te conozco, sé que me estás imaginando así
El caso es que la terapeuta nos propuso ponernos en pareja y hablar en un idioma inventado sobre los que no nos atrevíamos a decir. Así que, de frente a mi compañera y de forma ininteligible, le dije que tenía miedo a que, si el libro no gustaba, a mí me rechazaran.
Y Exploté.
Algo hizo clic en mi cabeza, sabía que aquello formaba parte de mi bloqueo, decidí darle la vuelta y, entre lágrimas, le dije a mi compañera que el libro no era yo.

La bomba de emociones que llevaba en mi interior
Cada persona tiene sus propias creencias limitantes y ser consciente de las mías me ayudó mucho a superar el síndrome del impostor en la escritura. Reconocer el logro de haber escrito un libro y a disfrutar (en vez de sufrir por el miedo a ser juzgada) el proceso de contárselo a mi gente me liberó.
La creación del blog y de etiquetarme como escritora fue otro paso que me costó meses dar. ¿Dónde iba yo escribiendo un blog? ¿Qué tenía yo que contarle al mundo que valiera la pena?

Cansadita me tiene ya el dichoso
síndrome del impostor
Quizás por mi tendencia a pasar desapercibida y de que exponerme y contar lo que hago me saca de mi zona de confort ,decidí llevar a cabo cinco claves para superar el síndrome del impostor en la escritura que hoy comparto contigo:
1. ESCÚCHATE
¿Qué necesitas? Para mí es prioritario cuidarme y eso pasa por escucharme (te confieso que yo hablo mucho conmigo misma). Intento no presionarme y, si siento que no estoy preparada para hacer algo, me doy el tiempo que necesite. Páralo todo, siéntate y escucha lo que te tienes que decir, esto te ayudará a llegar al siguiente punto:

Yo, en mis charletas conmigo misma
2. IDENTIFICA TUS CREENCIAS LIMITANTES
Las creencias limitantes son una percepción de la realidad que nos impide crecer y desarrollarnos como personas. Yo te he contado una de las mías. Identificarlas no es fácil porque las tenemos muy normalizadas, pero hacerlo es el primer paso para poder darles la vuelta.
3. DALE NOMBRE A TUS DUDAS E INSEGURIDADES
Para mí es muy importe definir y acotar bien lo que me hace sentir que no soy suficiente porque me ayuda a buscar soluciones. Por ejemplo, el pensamiento de que no tengo ni idea de escribir una novela es muy general, en mi caso, lo detallaría más: las descripciones no se me dan bien (basado en hechos reales 🙂 ). Así, ya tengo algo concreto de lo que partir y que me lleva al siguiente punto:
4. FÓRMATE
Tanto en el ámbito de la terapia ocupacional como en la escritura adquirir nuevos conocimientos me ayudaron a ganar en confianza y seguridad. Te invito a que identifiques tus puntos de mejora y busques formación para seguir creciendo.
5. CREÉTELO
Es muy fácil de decir, lo sé, yo sigo trabajando en ello. Pero estoy segura de que con esfuerzo, voluntad y constancia serás capaz de conseguirlo.
